Adelto Gonçalves, septiembre de 2004
Traducido por Àlex Tarradellas
Si la literatura escrita por mujeres es ya un mundo diferente, abordado por ángulos que novelistas y cuentistas masculinos difícilmente ven, imaginemos entonces lo que puede ser el mundo visto por una mujer africana, mozambiqueña, y aun más si está gobernado por costumbres y tradiciones que nos resultan ajenas. Ese extraño y mágico mundo es el que ofrece en sus libros Paulina Chiziane, la primera novelista de Mozambique.
De Paulina, la Companhia de Letras, de São Paulo, acaba de lanzar Niketche, uma história de poligamia [1], que la editorial Caminho, de Lisboa, publicó en 2002 y ya tiene una segunda edición. Nacida en 1955, en Manjacaze, en la provincia de Gaza, al sur de Mozambique, Paulina frecuentó estudios superiores de Lingüística en Maputo, pero no los concluyó. Actualmente vive y trabaja en Zambézia. Su estreno se dio en 1990 con la publicación de Balada de Amor ao Vento.
Después publicó Ventos do Apocalipse [2] (1999) y O Sétimo Juramento [3] (2000), todos en la editorial Caminho de Lisboa. A los 20 años, cantó el himno de la independencia mozambiqueño, gritó contra el imperialismo y el colonialismo y, después, con la guerra civil que arrasó el país, se desencantó. Por eso, sus libros no siempre hablan directamente de la guerra, sino de un país destruido, de la miseria de su pueblo, de la superstición, de los rituales religiosos y de la muerte.
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